7.29.2007

Capitulo Tres

2300 Horas Septiembre 23, 2517 (Calendario Militar)/

Sistema Epilson Eridani, Complejo Militar Reach,

Planeta Reach

La doctora halsey se paro en la plataforma en el centro del anfiteatro.

Anillos concéntricos de gradas color gris pizarra la rodeaban –vacías por ahora. Sobre su cabeza luces la enfocaban y reflejaban su bata de laboratorio blanca, pero todavía tenia frió.

Se debería sentir segura aquí. Reach era uno de las mas grandes bases industriales de la UNSC, rodeada con cañones de alta orbita, estaciones espaciales, y una flota de naves capitales altamente armadas. En la superficie del planeta estaban los campos de entrenamiento bélico de la marina y la milicia. Escuelas de oficiales (OCS), y entre ella y las instalaciones subterráneas había trescientos metros de concreto y acero endurecido. La habitación podría soportar un impacto directo de un arma nuclear de 80 megatones.

¿Así que por que se sentía tan vulnerable?

La Dra. Halsey sabía lo que tenia que hacer. Su deber. Era por el bien mayor. Toda la humanidad seria servida… aun si una pequeña cantidad de ellos tuviera que sufrir por eso. Aun así, cuando pensaba en retrospectiva y encaraba su complicidad en esto –le repugnaba lo que veía.

Ella deseaba contar todavía con el Teniente Keyes. Se había probado como un asistente capaz durante el último mes. Pero el había empezado a entender la naturaleza del proyecto –al menos había visto un poco de la verdad. La Dra. Halsey lo reasigno al Magullan con una promoción a Teniente completo por sus problemas.

“¿Esta lista, Doctora?” una incorpórea voz de mujer le pregunto.

“Casi, Déjà.” Suspiro la Dra. Halsey. “Por favor convoca al Primer Maestre Méndez. Me gustaría que ambos estuvieran presentes cuando me dirija a ellos.

El holograma de Déjà parpadeo a un lado de la Dra. Halsey. La IA había sido específicamente creada para el proyecto SPARTAN de la Dra. Halsey. Ella tomo la apariencia de una diosa griega: descalza, envuelta en una toga, puntos de luz bailando alrededor de su luminoso cabello blanco. Sostenía una tabla de barro en su mano izquierda. Marcas binarias Cuneiformes avanzaban por la tabla. La Dra. Halsey no podía evitar maravillarse con la forma escogía por la IA; cada IA se “auto asignaba” una apariencia holográfica, y cada una era única.

Una de las puertas en la cima del anfiteatro se abrió y el Primer Maestre Méndez bajo por las escaleras. Usaba un uniforme negro, su pecho inundado con estrellas doradas y plateadas y un arco iris de listones de campaña. Su cabello cortado al ras tenía un toque de gris en sus sienes. No era ni alto ni musculoso; se veía muy ordinario para ser un hombre que había visto tanto combate… excepto por su caminar. El hombre se movía con una elegante lentitud como si estuviera caminando en media gravedad. Hizo una pausa frente a la Dra. Halsey, esperando por más instrucciones.

“Aquí arriba, por favor,” Le dijo ella, señalando las escaleras a su derecha.

Méndez subió los escalones y entonces se paro en descanso a su lado.

“¿Ha leído mis evaluaciones psicológicas?” Déjà le pregunto a la Dra. Halsey.

“Si. Eran muy minuciosas,” dijo ella. “Gracias.”

“¿Y?”

“Estoy haciendo de lado tus recomendaciones, Déjà. Voy a decirles la verdad.”

Méndez dio un casi inaudible gruñido de aprobación –uno de los reconocimientos más verbales que la Dra. Halsey había oído de el. Como instructor en combate mano a mano y entrenamiento físico, Méndez era lo mejor en la Marina. Pero como un conversador, dejaba mucho que desear.

“La verdad tiene sus riesgos,” le advirtió Déjà.

“También las mentiras,” respondió la Dra. Halsey. “Cualquier historia fabricada para motivar a los niños –diciendo que sus padres fueron raptados y asesinados por piratas o por una plaga que devasto su planeta- si se enteran de la verdad después, se voltearían contra nosotros.”

“Es una preocupación legitima,” concedió Déjà, y entonces consulto con su tabla. “¿podría sugerirle parálisis neural selectiva? Produce una amnesia selectiva-”

“Una perdida de memora que podría llegar a otras partes del cerebro. No,” Dijo la Dra. Halsey, “esto será suficientemente peligroso para ellos, aun con sus mentes intactas.”

La Dra. Halsey presiono en el micrófono. “Tráiganlos ahora.”

“Si, si,” respondió una voz desde las bocinas en el techo.

“Se adaptaran”, dijo La Dra. Halsey a Déjà. “O no lo harán, y no podrán ser entrenados y no calificaran para el proyecto. De cualquier modo solo quiero terminar con esto.”

Cuatro juegos de puertas dobles en la grada más alta del anfiteatro se abrieron con un giro. Setenta y cinco niños marcharon hacia adentro –cada uno acompañado por un entrenador, un instructor de simulacros de la Marina en trajes con patrones de camuflaje.

Los niños tenían círculos de fatiga alrededor de sus ojos. Ellos habían sido recogidos, enviados aquí por el espacio estelar y apenas recientemente sacados del crio-sueño. El impacto de su experiencia debería estar golpeándolos duro, se dio cuenta la Dra. Halsey. Ella reprimió el remordimiento y arrepentimiento.

Cuando estuvieron todos sentados en las gradas, la Dra. Halsey se aclaro la garganta y dijo: “Por el Código Naval 45812, están ahora conscriptos en el Proyecto Especial de la UNSC, nombre código SPARTAN II.”

Hizo una pausa; las palabras se atoraron en su garganta. ¿Cómo era posible que ellos pudieran entender esto? Ella misma apenas podía entender las justificaciones y éticas detrás de este programa.

Todos parecían muy confundidos. Algunos trataron de pararse e irse, pero sus entrenadores pusieron manos firmes en sus hombros y los empujaron hacia abajo.

Seis años de edad… era mucho que digerir para ellos. Pero ella tenía que hacerlos entender, explicar en términos simples que ellos pudieran comprender.

La Dra. Halsey dio un tentativo paso al frente. “Han sido llamados al servicio,” explico. “Serán entrenados… y se convertirán en lo mejor que podamos hacer de ustedes. Ustedes serán los protectores de la Tierra y de sus colonias.”

Un puñado de los niños se sentaron más derecho, ya no asustados, sino ahora interesados.

La Dra. Halsey vio a John, sujeto Numero 117, el primer niño que había confirmado como candidato viable. Arrugo la frente, confundido, pero escuchaba con profunda atención.

“Esto será difícil de entender, pero no podrán regresar con sus padres.”

Los niños se agitaron. Los entrenadores mantuvieron un firme agarre en sus hombros.

“Este lugar se volverá su hogar,” la Dra. Halsey dijo en la voz más tranquilizadora que pudo lograr. “Sus compañeros de entrenamiento serán su familia ahora. El entrenamiento será difícil. Habrá una gran cantidad de dificultades en el camino que se avecina, pero se que todos lo lograran.”

Palabras patrióticas, pero sonaron vacías en sus oídos. Ella habría querido decirles la verdad –pero ¿Cómo podría hacerlo?

No todos ellos lo lograrían. “Perdidas aceptables,”le había asegurado el representante de la Oficina de Inteligencia Naval.

Ninguna de ellas era aceptable.

“Descansen ahora,” Les dijo la Dra. Halsey. “Empezamos mañana.”

Giro hacia Méndez. “Haz que los niños… los reclutas sean escoltados a las barracas. Aliméntenlos y póngalos a dormir.

“Si, Señora,” Dijo Méndez. “¡Rompan filas!” grito.

Los niños se levantaron, con la urgencia de sus entrenadores. John 117 se paro, pero mantuvo su mirada en la Dra. Halsey y permaneció estoico. Muchos de los sujetos parecían conmocionados, a unos pocos les temblaban los labios –pero ninguno de ellos lloro.

Estos eran ciertamente los niños correctos para el proyecto. La Dra. Halsey solo esperaba tener la mitad de su valor llegado el momento.

“Manténgalos ocupados mañana,” dijo ella a Méndez y a Déjà.

“Eviten que piensen acerca de lo que acabamos de hacerles.”

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Hola, gracias por estar haciendo esto, en serio.

Para cuando tendras el capitulo 4?

30 de julio de 2007, 2:45 p.m.  
Blogger Ranulfo dijo...

En un momento mas...

espero tener dos o tres capitulos por semana, y estoy buscando una aplicacion que me permita enviar notificaciones por correo a los interesados en cuanto vaya poniendo los capitulos...

30 de julio de 2007, 5:51 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias , yo soy un interesado,

master_hugo26@hotmail.com

4 de agosto de 2007, 3:05 a.m.  

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